Blog de un MiniBicho

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El jueves por la tarde volvimos a ver a mi médico favorito, el Dr. Vizcaíno, pues quería ver qué tal había salido la ecografía doppler que nos habíamos hecho hace unas semanas y ver qué tal estaba yo (¡mira qué majo es! 😀 ).

Cuando vio los resultados, dijo que todo estaba estupendo, que él no se preocupaba por el líquido (que sí, que era más bien justito, pero siempre dentro de lo normal, y que tranquilos) y que quería hacerme una ecografía rapidita para ver si seguía de nalgas o si ya me había girado. Mamá creía que me habría girado, porque hace unos días tuvo unos pinchazos y calambres algo fuertes en la pelvis y pensó que era yo volteándome, pero no, la ecografía demostró que sigo en mi posición favorita, jejejejeje… ¡que manía tienen todos en que me gire! Claro, como no son ellos los que tienen que estar cabeza abajo durante unas cuantas semanas… ¿No ven que esto de estar para abajo tiene que ser muy incómodo?

Después de comprobar que yo seguía de nalgas, el Doctor les dijo que todavía había tiempo para que me girara, que no se preocuparan, pero que había 3 variables que podían dificultar que me girara: 1) soy grandote, 2) el líquido es más bien escaso y 3) la forma del útero de mamá, en combinación con las dos anteriores, podría dificultar que me girara. De todas maneras, papá y mamá están tranquilos. Dicen que mientras yo esté bien, que el parto sea como tenga que ser, aunque sé que a mamá esto de la cesárea, creo que se llama, no le hace mucha ilusión… pobrecita. Jo, mamá, intentaré girarme, venga.

Ahora parece ser que tenemos que hacernos otros análisis (¿otra veeeeeeeez nos van a sacar sangre? ¡Jo!) y tenemos que ir a conocer a otro médico llamado señor Anestesista. Al salir de la consulta, mamá y papá decían que aprovecharán la visita con el Sr. Anestesista para ver y conocer la clínica Santa Elena, que es donde voy a nacer yo… ¡qué guay! Ya tengo ganas de verla.

Eso sí, hasta el 29 de diciembre no volvemos a tener consulta con el Dr. Vizcaíno… ¡y mamá dice que naceré el día 1 de enero en vez del 14! Pues a ver si la consulta va a ser muy tarde, eh… 😀 Yo, por si acaso, no les he dicho nada a mamá ni a papá de cuándo he decidido nacer (porque claro que lo tengo ya decidido, a ver qué os pensáis…).

😉

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Mira que estaba yo tan tranquilito jugando sin parar mientras mamá descansaba en el sofá, pero de golpe se ha levantado y me ha contado que nos teníamos que ir al médico a hacernos una ecografía llamada «Doppler».

Como yo no sé mucho del tema, antes de ir al médico he querido informarme y buscar en la fetopedia qué era eso de Doppler (a mí me sonaba sólo de un disfraz de un personaje de una serie que ven papá y mamá de no sé qué teoría del big bang…). ¡Pero no era eso! Esto es lo que he encontrado:

La eco Doppler es una ecografía que permite evaluar el caudal circulatorio en cualquier vaso sanguíneo, en especial el cordón umbilical, la circulación uterina y áreas de importancia en el crecimiento fetal. Es totalmente inocua e indolora tanto para la madre como para el bebé y brinda datos muy importantes en un embarazo.

Los datos más relevantes que permite analizar son:

  • Permite evaluar y medir el flujo sanguíneo de las válvulas y las cavidades del corazón del bebé, de esta manera, se puede determinar si su corazón está funcionando correctamente. Si se detecta alguna anomalía en su corazón, se podrá actuar de acuerdo al caso luego de su nacimiento.
  • Se pueden analizar las arterias del útero. Esto es muy importante en el caso que la madre presente hipertensión en el embarazo para hacer un seguimiento del mismo o en el caso de que haya un retraso del crecimiento intrauterino del bebé poder determinar las causas y actuar según las mismas.
  • Permite ver el flujo sanguíneo de las arterias umbilicales, de esta manera se puede saber si el flujo sanguíneo que llega al bebé es correcto, y por lo tanto también si lo son los nutrientes y el oxigeno que llegan al bebé.

Por estas razones es muy útil para controlar los embarazos en los que la madre presenta hipertensión, diabetes, problemas en la placenta o el cordón umbilical, retardo en el crecimiento, sufrimiento fetal, o malformaciones cardíacas del bebé. En casos específicos, permite hacer un seguimiento para programar el mejor momento de dar a luz en caso de ser necesario un parto prematuro.

http://embarazo10.com/2007/12/19/ecografia-doppler-en-el-embarazo/

En fin, os cuento. No hemos ido a ver al doctor que me va a ver nacer, sino al que me vio por primera vez, que también me cae bien. Ha estado un rato mirándome y midiéndome y cuando ha puesto los altavoces para escuchar el latido de mi corazón, he aprovechado la oportunidad para saludarles… y es que papá y mamá dicen que es de buena educación saludar a la gente, así que yo, listo y decidido, le he saludado dando una patada. Quería saludarles haciendo el saludo vulcaniano, que sé que a papá le hace mucha ilusión, pero es que tengo que practicar más, que todavía no me sale muy bien, jo 😦 Pero les debe haber gustado mucho igualmente, porque mamá se ha reído, el doctor se ha tronchado y papá lo ha flipado. Y es que parece que al estar los altavoces puestos (y estaban bastante altos) no sólo han visto mi patada (papá)/sentido mi patada (mamá), sino que también la han oído… ¡ha retumbado la sala!

Luego les ha dicho a papá y a mamá que estoy bien, que el corazón y el cordón están bien y que el líquido, aunque justito, está normal (¡mamá, a seguir bebiendo agüita!). Luego ha hecho unos cálculos y les ha dicho que estoy fuertecito porque peso… ¡1.500 gr! Sí, amiguitos, ya peso un kilo y medio… ¡estoy grandote! 😀 De hecho, una de las medidas, la del abdomen, era de un niño de 31 semanas y media… y yo estoy sólo en la 29, así que certificamos que estoy grandote, como papá… ¡me gusta!

😉

Hoy hemos ido otra vez al médico, después de que hace dos semanas una señora ecógrafa (sí, la pesada aquella que no paró hasta conseguir ver mis partes más varoniles, ^_^) asustó mucho a papá y a mamá diciéndoles que yo no tenía suficiente líquido amniótico.

Durante estas dos semanas, mamá ha estado «de baja». No sé muy bien qué significa eso (¿se referían a que mamá es bajita? Si es así, ¡ella está siempre de baja!), sólo sé que no ha ido a trabajar y que ha intentado estar más tranquila y relajada, bebiendo mucha agua y descansando mucho, mientras decía que no paraba de «fabricar líquido amniótico» 🙂 Aunque yo sé que no ha descansado tanto, porque menudos viajecitos me he pegado que si a comprar cosas para mi cochecito, que si ropita para la cuna, que si un armario para mi habitación… Yo encantado, pero mamá, ¡¡¡que tenías que descansar, jopé!!!

Pues bien, el médico nos ha hecho una ecografía, ha estado midiendo el volumen de líquido en cada cuadrante y al final ha concluido que estaba todo correcto, que había aumentado el líquido y que estábamos en niveles normales. Mamá se ha tranquilizado mucho (y papá también, aunque él intentaba hacerse «el fuerte» siempre delante de mamá, pero yo sé que él también estaba preocupado, porque me lo contaba por las noches, aunque no dejaba de decirle a mamá que la otra vez el señor médico ya dijo que estaba bien, pero mamá no le hacía mucho caso a papá… ¿Los mayores siempre son así?). Yo, para hacerle saber al médico que estoy bien y que realmente no hace falta que se preocupen, he dado una fuerte patada mientras el señor médico pasaba el ecógrafo por ahí, jijijiji, ¡y vaya si lo ha notado! Le ha preguntado a mamá que si ella me notaba a mí moverme con normalidad, a lo que mamá ha respondido «sí, acaba de dar una patada ahora mismo» y el médico ha sonreído y ha dicho «ya lo he notado, ya». ¡Misión conseguida! 😛

En fin, que está claro que estoy creciendo sanote y bien. Dentro de dos semanas tenemos otra ecografía, llamada Doppler o algo así, que es para ver mi corazón y la sangre y no sé qué más cosas. Ya intentaré enterarme cuando llegue el momento y así os lo explico bien…

😉

Hoy mamá y papá se han pasado el día entre médicos y ecógrafos, ¡qué pesadez! Además, no me han dado de comer hasta las 18h… ¡que esas no son horas para almorzar, mamá! Pero tampoco me he querido quejar mucho, porque mamá y papá lo han pasado un poco mal. Os cuento.

Primero teníamos cita en la Clínica Delta para que me hicieran la denominada Eco 4D (dice papá que no le preguntéis de dónde sacan la cuarta «d», así que eso, no le preguntéis ni a mí tampoco, que yo sí que no tengo ni idea de nada ^_^). Después de dos horas y pico de espera, por fin hemos entrado y papá y mamá me han podido ver mejor que en las ecografías normales, aunque la verdad es que rodeado de líquido aminiótico y con estos pelos yo no quería que me vieran demasiado, así que me iba tapando la cara con el brazo, jugando al gato y al ratón con la ecógrafa, jejeejjee:

Tapándome con el bracito

Tapándome con el bracito

En otras ecografías siempre me están dando golpes, haciendo que me mueva y cambie de postura, pero en ésta al principio me han dejado tranquilito… ¡qué a gustito estaba!

Qué a gustito estoy

Qué a gustito estoy

La visita ha ido bien. La doctora les ha dicho que todos mis órganos funcionan correctamente, me ha medido y pesado y básicamente ha dicho que todo normal, aunque ha asustado un poco a mamá y a papá cuando les ha dicho que no tengo suficiente líquido amniótico. Esto les ha dejado muy plof, he notado que mamá se ponía muy nerviosa y que papá intentaba tranquilizarla. Sinceramente, no sé de qué va esa doctora, ¡si aquí tengo pipí de sobra para pillarme una borrachera de las buenas, señora! Yo he dado un par de patadas para hacérselo saber, pero creo que no lo han notado, así que he decidido ponerme serio a ver si lo pillaban mientras decía «señora médico, no sea alarmista, que estoy estupendamente»:

Posando seriamente

Posando seriamente

Pero nada, no se han enterado… Al final, además, la doctora ha dicho que no conseguía ver mi sexo, que me estaba escondiendo muy bien… ¡pero que se cree esta señora, que le voy a ir enseñando el bolondrón, como dice papá, así en la primera cita?! Sí, hombre, que siga esperando. Eso lo haré si yo quiero, ¡faltaría más! La tía lo ha intentando de todas las maneras y hasta ha decidido hacer la eco vaginal, a ver si conseguía verme por allí abajo pero yo soy más listo que el hambre y me he escondido muy bien, jajajaajaja… Mamá y papá ya le han dicho que soy un tiarrón, pero la doctora erre que erre que quería ver mi cosita… coñe, doctora, un poco de privacidad, no? Al final le he dejado ver un poquito, para que se callara y me dejara tranquilo ^_^

¡Esto es acoso, deja de buscar mi cosita, Doctora!

¡Esto es acoso, deja de buscar mi cosita, Doctora!

Después de este médico, papá y mamá han ido corriendo al médico de siempre, que le ha pedido a mamá los resultados de los análisis de la semana pasada (y oh, horror, ¡mañana tenemos que volver a beber ese líquido horroroso y nos van a sacar más sangre! Noooooooo!!!!!) y me ha querido hacer otra ecografía para confirmar el diagnóstico de poco líquido amniótico que había hecho la doctora-busca-pililas. Y este médico sí que me gusta, ¿sabéis? Porque me llama «bebé» y no «feto» y tranquiliza mucho a mamá y a papá (y de paso a mí, que me estaban poniendo de los nervios!). Les ha dicho que todo parecía bien, ha medido el líquido de cuatro cuadrantes y les ha dicho que estaba bajito, pero no alarmante. Al final ha recomendado a mamá dos semanas de baja (yo no sabía qué era eso, porque mamá ya es bajita de por sí así que estaba un poco confundido y lo he buscado en la fetopedia) para evitar el estrés del curro y del metro (sobre todo). Dentro de dos semanas tendremos que volver con los análisis nuevos y veremos si mi líquido amniótico es suficiente o no… Yo creo que tengo suficiente y estoy con papá en que mamá se preocupa demasiado, así que intentaré darle patadas a todo momento para que vea que estoy sanote y fuertote y que no tiene que preocuparse por nada, ^_^.

Así que ha sido un día muy completo, con cosas buenas y cosas malas, como diría mamá, ¡pero nos hemos cansando mucho!  Y repito, señores médicos, esto de almorzar a las 18h no me gusta… ¡otro día no nos hagan esperar tanto, hombre!

😉

Aunque mamá y papá me llevaron el otro día a ver a un señor muy majo que según mamá es el que va a estar cuando yo salga, hoy me han vuelto a llevar al señor de las otras veces, para verme con un aparato más grande. Creo que tenía que mirarme no sé qué cosas y medirme otras… Yo de esto no me entero mucho, la verdad, sólo sé que el señor se lo debía estar pasando bien porque me miraba y se sonreía 😀

Yo quería saludar a papá y a mamá, que sé que les gusta, pero jo, me han llevado por la mañana, cuando yo estaba acostumbrado a que fuera por la tarde, y claro, me han pillado medio dormido. El señor decía, de hecho, que ha tenido que esperarse un rato a que me diera la vuelta…

Ha habido un momento en que me han enfocado justo cuando me estaba desperezando y estaba estirando los brazos por encima de la cabeza, y creo que papá se ha emocionado mucho al verlo. Pero si no es para tanto, papá, que sólo me estaba estirando! (jo, si se pone así por esto, cuando le haga monerías y le dé abrazos le va a dar algo al pobre :D).

Mamá no me ha podido ver demasiado hoy, pero se ha quedado tranquila porque el señor médico le ha dicho que está todo bien, y que tengo ya 21 semanas y dos días o así, y peso 400 gramos, que por lo que dice papá es 40 gramos más de la media para 21 semanas (yo no sé de dónde saca papá toda la información, yo tengo la fetopedia, pero él no sé, sólo sé que mira un cacharro que tiene en las manos… Igual es un tricorder de esos que salen en las series que tanto les gustan a los dos!!!)

Ah, y hoy no me han visto la colita, porque estaba en otra postura, pero me han visto los titúculos. Digo los tristáculos. Jo, que no me sale! Es que el señor médico ha dicho una palabra muy rara, pero es algo que tengo donde la colita y que parece ser que es típico de los niños… ¡Pues claro! ¡Si es que soy un machote! 🙂

A ver hasta cuando tengo que esperar a volver a ver a mamá y a papá…

😉

Como ya os había comentado en otro post, hoy tocaba médico. Hemos ido a uno nuevo que nos ha gustado bastante, así que he decidido portarme bien y dejarme ver durante la ecografía 🙂

El doctor ha querido ver primero los análisis de mamá y las otras ecografías, ha rellenado una ficha técnica y después la parte que más me gusta, ¡la ecografía! El doctor ha mirado mi corazón, mi espina dorsal, mi cerebro, mis manos y piernas… se ha hecho un poco el chulo enumerando huesos y poniéndoles nombres raros como «fémur» y demás, jajajaja, pero mira, me ha caído bien. Y claro, ya que estábamos, les quería mostrar si era Minibicho o Minibicha…

… y soy un auténtico MinibichO!!!!

El médico ha utilizado el término ‘colita’, papá ha dicho ‘pollón’ y mamá ‘titoleta’, así que más claro el agua. Soy un machote hechote y derechote, señores!!!

El viernes tenemos otra ecografía en otro sitio, donde podrán verme mejor (tienen mejores equipos), y es que como mamá está un poquito gordita, pues claro, hoy no me han visto tan tan bien. Así que el viernes repasarán que todo esté bien (hoy el médico ha dicho que él lo veía todo bien, pero que ya que estábamos, mejor repasarlo todo con un equipo más potente, ^_^) y me medirán y esas cosas… ¡podré hacer el saludo vulcaniano otra vez!

Y mientras yo escribo esto, papá y mamá están discutiendo nombres de niños… parece que no tienen muchas ideas, los pobres. Yo lo tengo claro, cuando oiga alguno que me guste mucho, darle un par de pataditas, ¡a ver si lo pillan!

😉

Hoy mamá estaba bastante nerviosa. Sabía que papá estaba fuera haciendo algo muy importante, pero mamá estaba nerviosa hasta después de eso… Durante todo el día me he preguntado qué le pasaba y las 18h he descubierto qué pasaba: íbamos al médico a recoger unos análisis y algo llamado «screening».

El médico le ha dicho a mamá que está muy sanota y que sus análisis han salido muy bien. De hecho, el médico le ha recetado un complejo vitamínico sólo porque mamá le ha preguntado y le ha explicado que no toma mucha leche, pero vaya, el señor médico no le ha dado más importancia al asunto, así que bien. Parece ser que mamá tiene bajos los anticuerpos de la rubeola, lo cual tiene sentido porque dice ella que nunca la pasó (yo no sé qué es eso, pero se ve que se «pasa»), pero el médico tampoco le ha dado importancia (aunque creo que tendrá que pincharse después del parto, pobre…). Eso sí, parece ser que mamá ha dado negativo en algo llamado «toxoplasmosis» y eso le ha dado un poco de rabia, porque significa que no puede comer ciertas cosas. Cuando hemos salido, me ha susurrado que tendré que esperar unos años en probar el jamón, el sushi o algún queso espectacular… ¡jo! ¡Yo quiero probar sushi de toro! 😦 ¡Y jamón! 😦 ¡Y chorizo! 😦 Es que mamá cuando piensa en ello se le hace la boca agua, así que creo que tiene que estar rico-rico 😀

Además de sus análisis, hemos estado viendo algo llamado «triple screening» que hacen para ver cómo estoy yo y si tengo probabilidades de tener una enfermedad llamada síndrome de down. Mamá y papá estaban preocupados (creo que como todos los padres), y aunque con la ecografía de la semana pasada se tranquilizaron bastante había que ver los resultados completos. El médico le ha dicho que yo estoy bien, que los resultados entran dentro de lo normal y que no le recomendaba hacerse una prueba más «invasiva» ha . Sí, ¡estoy sanote! Así que papá y mamá ya están listos para contarle al mundo que estoy aquí… ¡qué ilusión! Ya no seré un secretito, jejejeje.

Y poco más, después de las vacaciones, sobre la semana 20, nos tocará ir al médico otra vez a por una ecografía. Me gustan las ecos porque puedo saludar a papá haciéndole el saludo vulcaniano (y sé que le gusta mucho), pero espero que esta vez no le aplasten la barriga a mamá para verme mejor… ¡que eso no me gusta! ¡Ni a mí, ni a mamá!

🙂

Hoy por la tarde papá y mamá me han visto y escuchado por primera vez y… ¡han flipado!

Cuando me han visto, han alucinado… yo no paraba de moverme (hay que hacer ejercicio para estar sanote) y por eso en la foto salgo un poco mal, pero ellos dicen que me han visto mucho mejor en la tele…

Mi primera ecografía

Mi primera ecografía

Eso sí, cuando han escuchado el sonido de mi corazón latir… ¡ahí sí que les ha dado algo! Mamá ha llorado. Ella me dice que es una llorona y que llora de emoción y felicidad y me lo creo, porque cuando ha escuchado mi corazón latir yo he oído como el suyo empezaba a ir más y más rápido.

Papá no ha llorado, pero se ha emocionado mucho. Tanto que desde entonces no para de hablar de mí… Está nervioso y emocionado este wookie-papá mío…

He intentado saludar, pero mis muñoncillos todavía no tienen mucha movilidad… pero bueno, creo que me han visto bien.

🙂

Por cierto, el señor médico les ha dicho a papá y mamá que tengo 7 semanas y que estoy solito (parece ser que a ellos les daba miedo que viniera otro conmigo) y que mido poco más de un centímetro…

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